lunes, 15 de abril de 2013

Snowball

Una gota fría se desliza por mi frente y recorre toda mi cara hasta desgañitarse por la barbilla. Tal vez es porque mi mente la ocupan ahora miles de pensamientos negativos. Y es que es difícil ser positivo si estás solo en tu habitación, y tu única compañía es la frágil luz que entra por la ventana. Quedándote en silencio, temiendo que ella también se marche.

¿Por qué a veces es tan difícil recordar las cosas buenas que uno tiene y darse por satisfecho con ellas? Supongo que será una suerte de instinto de supervivencia, siempre yendo a por más razones para decirle a la Muerte: Hoy no.

Pero a medida que los años pasan, aunque uno se vuelva más sabio, los errores se acumulan y es fácil caer en la tentación de lamentarse por el pasado. Y es que aunque se aprenda, no siempre se aplica la lección, y los problemas crecen como una bola de nieve precipitándose desde lo alto de una montaña.

La cuestión será, si una vez llegado el final, mis problemas me habrán aplastado, o se habrán derretido como un bloque de hielo al sol del Verano.

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